RESTAURADORES DE MARMOL
Una estética original llena de contrastes
| Los restauradores de mármol trabajan para restablecer la estética original del estanque de Latona, en la que predomina la oposición entre el oro mate de la decoración esculpida de plomo, la blancura resplandeciente del mármol del grupo Latona y sus hijos, y las irisaciones de colores de los mármoles decorativos. Una vez desmontadas, estas placas de mármol se transportaron al taller de restauración. |
Mármoles del estanque de Latona antes de la restauración © EPV / Thomas Garnier
El mármol blanco de Latona bajo cobijo
El chorreo frecuente del agua ha alterado de forma importante todas las decoraciones de mármol del estanque. Además, el grupo escultórico culminante de Latona y sus hijos había sido dañado por un acto de vandalismo, y se puso bajo cobijo en 1989, sustituyéndose por una copia de polvo de mármol. En 2012, se restauró y se presentó en la exposición Versalles y lo antiguo (noviembre 2012 - marzo 2013).
Enclavijado de los mármoles © EPV / Thomas Garnier
Una restauración necesaria
Los mármoles de paramento, de colores tornasolados y lisos en su origen, se encuentran hoy deslucidos y rotos en varios sitios, víctimas de los problemas de impermeabilidad de los pilones del estanque. En el verano de 2013 se desmontaron y se trasladaron al taller de restauración de mármol. Esto permite, de forma paralela, consolidar su sistema de fijación y volver a hacer la impermeabilización de los pilones del estanque (véase página albañiles). Los mármoles se volverán a montar en el estanque de Latona a finales de las obras.
Injerto de mármol © EPV / Thomas Garnier
Las etapas de restauración: El enclavijado y el injerto de mármol
Tras una primera etapa de limpieza con agua, los restauradores realizan la labor del enclavijado, destinada a consolidar las fisuras de las piedras más frágiles. Efectúan una perforación por el revés de la piedra, en la que ponen una varilla de fibra de vidrio y resina neutra, un material especialmente concebido para la restauración de las obras de arte.
Luego, proceden al injerto de mármol, que consiste en sustituir una parte muy dañada o desaparecida por un elemento de mármol de las mismas características, del mismo color y con vetas idénticas. El restaurador recorta el trozo de mármol nuevo para que se adapte perfectamente a su nueva ubicación. Con una resina muy resistente, injerta la parte nueva antes de comprobar el perfecto ajuste del paramento volviendo a tallarlo ligeramente.
Incorporación de mármol © EPV / Thomas Garnier
Las etapas de restauración: La incorporación y el pulido de mármol
A continuación se incorpora más mármol para llenar las zonas vacías y las fisuras de la piedra. Para ello, se fabrica una mezcla de resina, polvo de mármol y pigmento, que se aplica con una espátula. Se trata de una operación delicada, y los restauradores deben recurrir a toda su pericia y toda su sensibilidad para encontrar el color exacto que permitirá al mármol incorporado fundirse armoniosamente en las vetas del mármol original.
En la fase final de la restauración, los restauradores empiezan por pulir el mármol con un disco ligeramente abrasivo y, luego, con un disco de granulometría más fina. Para terminar, utilizan una piel de oveja para lustrar el mármol, devolviéndole así el brillo y la suavidad de su estado original.
Pulido de mármol © EPV / Thomas Garnier
Mármol restaurado © EPV / Thomas Garnier